Corvus Corax conviertió al Circo volador en territorio vikingo. Llevó su folk al extremo e interpretó música milenaria de los antiguos nórdicos que incluyó una investigación exaustiva para llegar hasta al lenguaje original lo que le da un gran valor a su más reciente trabajo discográfico denominado Era Metallum.
Los seguidores de la banda llenaron el vestíbulos del Circo Volador y aplaudieron y corearon todas las canciones del set list en una comunión que incluyó “remar hasta Islandia” al mejor estilo de los suecos de Amon Amarth, en cuyos conciertos el público se sienta y se mueve al ritmo de los remos.
Fue una noche especial que se caracterizó por cánticos y sonidos emanados de el mejor escenario vikingo que hizo posible la conexión con un mundo cada vez más cercano a la culrura mexicana con el que convergen creencias mitológicas y espirituales.
Corvus Corax demostró por qué es una de las bandas más queridas en nuestro país, por sus ritmos dinámicos, sus gaitas y poderosos tambores, que ahora se reinventa y se refuerza con el dios finlandés.
Los cuervos nos llevaron al ritual, a sentir la tormenta y a una noche inolvidable donde nos sacudieron con toda su fuerza vikinga. Viajamos a Asgard, con el ojo del cuervo vimos a Odín y fuimos elegidos por las valkirias para llevarnos a Ragnarök entre sonidos de madera y metal.
Una noche que quedará en la memoria de los asistentes por mucho tiempo.
Cabe destacar que Aldo Flores tocó con Corxus Corax en México, tras siete años de ser parte fundamental de la banda liderada por el alemán Castus. Y que ls bsnders que los acompañó incluyó los coleres de México y Palestina (libre).