- -Provenientes del taller de plástica “El Volador”, el nuevo recinto dedicado a las infancias recibió a las especies monumentales del venado cola blanca y el lobo mexicano realizados con coloridos elementos de la cultura popular
- A estas nuevas esculturas gigantes se suman un ajolote y un jaguar, especímenes endémicos en peligro de extinción, realizados por el mismo colectivo de artistas en materiales de cartón reciclado
El Museo Yancuic, recinto perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México dedicado al medioambiente y al cambio climático ubicado al oriente de la capital, recibió dos nuevas esculturas monumentales de un venado cola blanca y un lobo mexicano, denominadas “Guardianes del Yancuic”, que representan a las especies endémicas en peligro de extinción, las cuales fueron elaboradas en el taller de plástica “El Volador”.
En su visita al recinto, la secretaria de Cultura de la Ciudad de México, Claudia Curiel de Icaza, explicó que las piezas monumentales recién llegadas sirven para sensibilizar sobre el reto de preservación de estas especies, como el lobo que pudo recuperarse en cautiverio y el venado cola blanca, que se encuentra amenazado por la caza deportiva.
“Están hechas con materiales reciclados porque queremos trabajar en temas de mitigación, de adaptación y de darle la vuelta al tema de la basura, concientizar sobre el cambio climático y vamos a tener un taller y una residencia con ‘El Volador’ y con toda la comunidad para que empiecen a generar objetos artísticos, reciclar la basura y poder trabajar con la comunidad, con las niñas y con los niños”, aseguró.
El venado cola blanca, de alrededor de siete metros de altura, y el lobo mexicano, de aproximadamente cuatro metros, elaborados con materiales reciclados por el taller “El Volador”, se incorporan a la colección del museo junto a las figuras del jaguar, de 3.5 metros de altura, y el ajolote, de cuatro metros de largo, los cuales buscan una interactividad física con los visitantes que incremente la oferta de este espacio de difusión de la ciencia, el arte, la cultura y cuidado del ambiente a través de un potente discurso visual.
“La intención es hablar de las especies en peligro de extinción y decidimos hacerlo a gran escala como una advertencia, por un lado entender la crisis en la que se encuentran estas especies y, por otro, decidimos cambiar las escalas porque a la gente le gusta verse mucho más pequeña, lo cual es un acierto para la arquitectura del museo a nivel de decoración, así que te puedes llevar un recuerdo a nivel fotográfico pero también como recordatorio de la biodiversidad en peligro”, compartió Elisa Lemus Cano, directora ejecutiva del recinto.
Ubicados de manera estratégica para su mayor disfrute y conservación, los visitantes serán recibidos en el lobby del recinto por un colorido venado cola blanca y lobo mexicano, descritos por Francisco “Paco” Enríquez, fundador y director técnico de “El Volador”, como una mezcla de alebrijes, mandalas y códices urbanos basados en piezas de la cultura popular, que sustentan el énfasis del recinto en la biodiversidad.
“Yo los invitaría a que exploren los materiales a partir de los que están hechos, es muy padre ver cómo la gente se acerca y de primera instancia no entiende mucho el material hasta que ya lo ve de cerquita. El público podrá detectar a detalle personajes como el Chapulín Colorado, los clásicos luchadores de plástico, pirinolas, dados, casettes y discos provenientes de los padres de algunos colaboradores del taller”, explicó Enríquez.
El artista multidisciplinario detalló que estas esculturas son parte importante de la cultura visual actual en una sociedad digital en la que todo el mundo quiere tomarse espectaculares fotografías y decir “¡Yo estuve aquí!”, por lo que servirán como un elemento sorpresa que brindará identidad al museo al tiempo que las especies en peligro son más visibilizadas.
“Tanto el jaguar como el ajolote están hechos de cajas de huevo y cajas de cartón que se fueron recuperando, construidas con una dirección artística en la que los materiales pueden sentirse, por ejemplo, jaguar tiene sus manchitas y muchas direcciones en los cortes del papel, mientras el ajolote, presenta otras formas que nos dan un sentido más acuoso”, explicó Enríquez.
Asimismo, Enríquez agradeció la confianza del recinto en el trabajo monumental del taller de plástica mexicana “El Volador”, el cual cuenta con alrededor de 30 años de trayectoria y se integra actualmente por 25 maestros y maestras, algunos con formación académica y otros formados en el taller donde las personas aprenden fibra de vidrio, cartonería, carpintería y herrería, cuyo trabajo se ha caracterizado por el montaje de ofrendas dedicadas al Día de Muertos, las cuales han visitado distintos continentes, así como cuentan también con producciones teatrales, para televisión y comerciales.
Estos “Guardianes del Yancuic” se suman y dialogan con la oferta del Museo a través de sus cuatro salas destinadas a la concientización del cambio climático: Diálogo y Acción; Ecosistemas y Biodiversidad; Crisis y Resiliencia; Sistema Solar y Cosmovisión, a las cuales se suma el Punto de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES) “Yancuic”, que cuenta con una Ciberescuela, cabina de radio, área de lectura y diversos talleres, además del Foro Katya Echazarreta González, en homenaje a la primera astronauta mexicana en viajar al espacio.
El Museo Yancuic, ubicado en Avenida Ermita Iztapalapa s/n, colonia Los Ángeles, alcaldía Iztapalapa, abre de miércoles a domingo en un horario de 10 a 17 horas. Se encuentra en las inmediaciones de la estación Constitución de 1917, de la Línea 8 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, así como la Línea 10 del Trolebús elevado y la Línea 2 del Cablebús, que corren de Constitución de 1917 a Santa Martha.
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