El cantante e imitador más reconocido de Juan Gabriel, Jaime Varela, hizo vibrar a su público al “revivir” al “Divo de Juárez en el Teatro Metropolitan donde presentó su espectáculo “El Divo siempre Vivo” en el que integró a la compañía que acompañaba al inolvidable compositor en sus giras.
Tras varios años de imitar a Juan Gabriel en sitios emblemáticos como México Típico, Guadalajara de Noche y el Santa Cecilia de Garibaldi, la tarde el domingo en el Metropólitan logró consagrarse ante un lleno total, donde también rindió homenaje a Lola Beltrán para lo cual contó con la participación de María Elena Leal Beltrán, quien recordó a su madre con el tema “Cucurrucucú Paloma”, de otro gran compositor: Tomás Méndez.
El show-homenaje también participaron Los Solitarios y Los Tres de México, quienes interpretaron sus éxitos y canciones emblemáticas del cancionero popular mexicano.
Jaime Varela celebró con esta representación sus 34 Años de trayectoria artística. Este espectáculo es una réplica autentificada y aprobada en vida por el mismo gran artista Juan Gabriel, ya que Jaime Varela colaboró como corista durante siete años, de ahí su profundo conocimiento del cantautor michoacano sobre el desarrollo escénico y musical en el escenario.
Lo que vio el público la tarde del domingo 15 de mayo no es una imitación, es una recreación donde la diferencia es la interpretación y semejanza de Jaime Varela la cual son tan exactas que esto lo llevó a participar en una serie biográfica sobre Juan Gabriel, asimismo, llegó a presentar varios conciertos con la Orquesta Sinfónica de Costa Rica.
Este Tributo es lo más cercano a revivir los mejores momentos musicales con El Divo de Juárez, con una orquesta de más de 30 músicos en escena, algunos de los cuales compartieron escenario con el genio michoacano así como un despliegue de cantantes, bailarines y mariachi todo envuelto en un gran show multimedia y efectos visuales.
Recreando al Divo, Jaime Varela presentó un espectáculo de clase mundial para toda la familia, en el que hizo al público cantar, bailar, llorar y emocionarse a lo grande como a cualquiera que haya asistido a un concierto del más querido Juan Gabriel.