#Mochitl, de fenómeno a fraude

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Por: Víctor Hugo Romo de Vivar Guerra

X: @vromog

“El pez por su boca muere”

En dos meses, el “fenómeno extraordinario” Xóchitl Gálvez se convirtió en un fraude: un vil engaño con apariencia de verdad.

Por más millones que le inyectaron a su lanzamiento mediático, el producto no llegó, sólo estaba el empaque de cristal, pero vacío, sin sustancia alguna, sin proyecto y sin ideología.

Esa es la consecuencia de imponer a una candidata sin verificar sus negativos y asegurarse que tenga, por lo menos, un poquito de congruencia y otro poquito de autoridad moral, pero parecen dos aspectos muy difíciles de encontrar en la oposición.

Y es que Xóchitl, en sólo 60 días, se convirtió en #Mochitl por su casa roja chueca, los sobornos, las tranzas, el plagio, las mentiras, su deshonestidad intelectual y, sin duda, por su imparable incontinencia verbal.

Los opinadores y conductores de los medios de manipulación convencionales, pagados por la derecha conservadora, como por “arte de magia” le abrieron todos sus espacios al mismo tiempo para ensalzarla y calificarla como “fenómeno”.

Pero después de que reconoció su plagió con un “la pendejié”, #Mochitl confirmó su deshonestidad y demostró su profunda ignorancia gramatical.

Ante tales confesiones de parte, patéticas, sus otrora ensalzadores la dejaron sola. La mayoría prefirió callar para no dejar de cobrar, los menos corruptos le dieron la espalda y ni sus fieles azules, rojos y amarillos se atrevieron a pronunciar su nombre públicamente ante tanta impostura y desvarío.

Quedó clarísimo que, ante la ausencia de una figura visible en la oposición, inventaron sobre las rodillas la candidatura de Gálvez para imponerla como la “fenomenal” aspirante presidencial del PRIAN.

Cada que abre la boca es para decir una barbaridad, una mentira o disparar en su contra.

Cuando anunció los tres requisitos para formar parte de su gabinete: “no rateros, no huevones y no pendejos”, parecía que se describía a sí misma.

Muy pronto la realidad demostró que ella es experta en robar, aunque nada lista para ocultarlo, y ¿acaso no es huevón(a) quien copia a otros y 30 años después de terminar las asignaturas de su carrera decide titularse?

#Mochitl es, también, la aspirante presidencial más chiclosa que se haya visto, se amolda perfectamente en la casilla que la pongan y adecúa su discurso a la audiencia que tenga enfrente.

Es experta en cantarle a las audiencias para endulzarles los oídos sin importar principios, proyectos y convicciones porque, ya quedó claro, ella no los tiene, sólo improvisa, miente e inventa. No importa que mañana quede mal con todos, lo importante es marearlos hoy.

¿Qué importa ser farsante, charlatana e impostora, si cuando me  conozcan ya soy presidenta de la república? La misma frivolidad, chunga y fanfarronería con la que llegó a la presidencia de la república el inventor de #Mochitl, Vicente Fox, tal para cual.

La última de #Mochitl, este fin de semana, fue que utilizó, sin pedir permiso como acostumbra, el nombre de la empresa mexicana Bachoco para hacer campaña en redes sociales con diferentes postales.

La empresa se desmarcó de inmediato y denunció que su línea creativa fue utilizada indebidamente para hace propaganda política.

Se imagina usted, apreciable lector, ¿qué no se robará #Mochitl si llega a ser presidenta?

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