Ricardo Pérez Palacios Durán
A casi un mes del inicio de las campañas políticas rumbo a la elección del 2 de junio, la candidata de la oposición, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, se mantiene entre 20 y 30 punto abajo en las encuestas y sondeos de preferencias electorales de firmas prestigiadas. Esto se debe, principalmente, a que su oferta política es muy pobre y su estrategia de campaña gira en torno a difundir el “miedo” y a las mentiras que la exhiben de inmediato y de cuerpo completo.
Para muestra basta un botón. Dice Xóchitl en sus spots: “Te voy a hablar con la verdad, la delincuencia está peor que nunca”, cuando todos sabemos que en este sexenio los delitos de alto impacto han tenido un descenso de hasta 25 por ciento. No señora ingeniera, no es engañando a los ciudadanos como se gana una elección, debería correr a sus asesores y estrategas, quienes siguen la receta “es un peligro para México”, ahora con la fórmula del “miedo”.
Vergüenza debería tener Xóchitl. Bien sabe que fue en el gobierno usurpador del panista Felipe Calderón cuando la “Guerra contra el Narcotráfico” detonó la violencia y aumentó 192.8 por ciento y todavía creció 59 por ciento más con el priísta Enrique Peña Nieto. De haber continuado la oligarquía corrupta en el poder, la violencia sería en la actualidad del doble de lo que es ahora, Así que el miedo, señora ingeniera, se sentía antes de diciembre de 2018, pero entonces usted no abrió la boca.
Peor aún, cuando se desempeñó como Jefe Delegacional en Miguel Hidalgo (2015-2018), dicha demarcación experimentó un crecimiento significativo en índices de delitos del fuero común.
Los homicidios dolosos repuntaron 88 por ciento en 2016, el primer año completo de su administración como delegada de la Miguel Hidalgo, pasaron de 25 asesinatos registrados en 2015, a 47, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En cuanto a los robos con violencia, estos delitos repuntaron en 2017, al crecer 134 por ciento en comparación con 2016. Otros delitos como abuso sexual, acoso sexual e incluso el narcomenudeo también registraron alzas.
Esta es la calidad moral de Xóchitl Gálvez para hablar de miedo a la delincuencia. Pero eso sí dice en sus spots e inevitablemente evoca a Calderón: “¡Se acabaron los abrazos a los criminales y la Ley será la Ley! ¡Se les acabaron los privilegios a los delincuentes; ¡quien la haga, la va a pagar! Seré una presidenta valiente. Para tener un México sin miedo, vamos a contener a las organizaciones criminales más violentas y agresivas de nuestro país”.
Pero en sus spots también habla de la salud y a la letra dice: “Este gobierno, que ya se va”, destruyó el Seguro Popular que sí funcionaba. Como presidenta lo vamos a relanzar y si el gobierno no pudiera atenderte recibirás atención en hospitales y farmacias privadas sin costo. Tendrás tu médico familiar que te cuide a lo largo de tu vida. Por un México sin miedo a enfermarse.
Habría que recordarle a Xóchitl Gálvez las declaraciones de Gabriel O’Shea, cabeza del Seguro Popular, al periódico Reforma el 6 de agosto de 2017, quien se expresó muy alarmado por el quebranto en ese sistema que quiere revivir.
“Pronto tendremos que reconocer que el Seguro Popular fue uno de los mayores fraudes que la política haya entregado a los mexicanos. Trece años (en aquel entonces) después de su creación no hay manera de reivindicarlo.
“En casi todos los indicadores muestra ineficacia, insuficiencia, asimetrías y problemas graves de operación.
“Los hospitales que reciben recursos de ese instrumento financiero son probablemente los peores de todo el sistema de salud.
“Una de cada tres recetas médicas no pueden ser surtidas por insuficiencia de inventarios. Algo similar ocurre con las camas, los médicos o las enfermeras. Faltan profesionales, infraestructura y equipo para cubrir la demanda de los 54 millones de afiliados”.
A eso habría que agregarle lo referente a que quiere subrogar los servicios de hospitales y farmacias a manos privadas que quieren regresar a los privilegios del pasado.
Así o más claro señora Gálvez.
En campaña se ha caído y ha pegado chicles en una silla, pero eso es anécdota, lo importante está en su incapacidad para hilar un discurso, hacer propuestas y sostenerlas sin que se le apague el teleprompter. Critica la presunta corrupción del actual gobierno sin presentar pruebas ni denuncias ante las autoridades, pero no habla de “los moches” para sus empresas por más de mil 400 millones de pesos, ni de la trama de corrupción alrededor de la venta de uno de sus domicilios y la compra de una residencia de lujo que adquirió cuando fue alcaldesa de la Miguel Hidalgo entre 2015 y 2018.
Quizá por todo esto es que usted y sus estrategas sólo atinan a una campaña de miedo y mentiras, que ya no funciona.