Por Alejandro Ruiz Robles
EL CAMINO.
La vida es un regalo que podemos o no disfrutar, pero que es un milagro gozar de ella; y a pesar de cualquier evento desafortunado, lo cierto es que de la actitud de cada uno depende calificarla como positiva o negativa.
Siempre me han dicho en que no es un mérito individual nacer y tener vida, lo cual es cierto; sin embargo, el mantenerla y hacer de ella lo mejor posible, si es una responsabilidad individual.
¿De qué nos sirve vivir si con nuestros hechos o palabras mostramos que lo que nos importa es morir?
¿Para que perdemos el tiempo en cultos y pretendemos encontrar alicientes en el más allá, si estando en el más acá hacemos de todo menos valorar que la vida está presente y nos concede días para aprovechar?
¿Por qué nos preocupa más cumplir años que cumplir objetivos?
Si la vida es única … ¿cuál es la razón para despreciarla y no maximizar cada instante que está en nosotros?
LO QUE ERES.
De pequeño me decían: “Tú eliges ser quien quieras ser; sin importar los recursos que tengas.”
Y es curioso, pero con los años he confirmado la verdad de esa expresión en muchos momentos; realmente, a veces creemos que, por no tener algo material, no estar en mejores circunstancias o no tener la compañía deseada, principalmente; nuestra vida carece de sentido y, justamente eso es un argumento que no se sostiene.
Si las heridas, aún las peores, cicatrizan y en muchos casos, el tiempo las hace imperceptibles … ¿cuál es la razón para aferrarnos a ellas y atarnos al dolor que nos provocan?
En nuestras manos está decidir quienes somos … ¿es válido permitir a otros que lo decidan?
Estamos a veces tan limitados que consideramos que, por no ser amados por una persona que nos importa, no valemos; no obstante, no hay nada como amarse a sí mismos para entender que somos nuestro primer amor y de ahí, todo, absolutamente todo, parte.
Al igual que dijeran en las películas del pasado: “¡Depended de vosotros sin apegos!”
¿Cómo pretender que alguien nos ame cuando no tenemos amor para nosotros mismos?
Por lógica, si nos amamos, es más fácil compartir amor a los demás, de acuerdo con la intensidad y la forma que estimemos pertinente.
De más está insinuar que hay en nuestro ser sentimientos para brindar si no tenemos uno hacia nosotros.
Cuando las palabras son huecas, la persona de quien proceden muestra también un vacío en su esencia.
¿Alguna vez has dudado de tu amor por ti?
MIL Y UN MOTIVOS.
Conforme crecemos pensamos que todo está en nuestras manos y buscamos obtenerlo todo sin darnos cuenta de que mientras más tomamos, menos tenemos.
De nada nos sirve conquistar el mundo sino nos damos la oportunidad de disfrutarlo.
Y con la madurez, nos percatamos de que el control es una mera ilusión y aun cuando quisiéramos tenerlo, resulta que es efímero.
A medida que perdemos la ilusión de controlar todo y empezamos a creer en nosotros y nuestros potenciales, edificamos con bases sólidas a la mejor versión de la persona que queremos ser.
Si pretendemos ejecutar sólo lo que sabemos hacer, nos daremos cuenta de que nunca pasaremos de un lugar, por más cómodo que éste sea; en el innovar está el camino al crecimiento y sobre todo, tener la mentalidad abierta a enfrentar nuevos retos con nuevas actitudes.
No hay nada más triste que desear resolver los desafíos futuros encerrados en las respuestas pasadas; sin duda que éstas podrán ser una referencia, pero ir más allá nos convertirá en seres humanos obsoletos.
En ocasiones podremos tomar acciones incorrectas por las razones correctas, pero al observar sus avances o resultados, en nuestros conocimientos y valores tendremos el termómetro para medir la adecuada temperatura y ajustarnos a ellas, incluyendo ofrecer con humildad nuestro arrepentimiento ante los duelos causados.
Desde luego, pretender que sólo actuaremos por el bien o con justicia sería el anhelo de cualquiera; no obstante, somos humanos y tendremos fallas.
La clave no está en fallar sino en tener la visión para enmendar el camino.
Nuestra fuerza depende de lo que mejor hacemos, no nos perdamos en pretextos ni dilatemos al conocernos. La vida es hoy, ahora.
Y tú sabes … ¿Dónde radica tu fortaleza?
LA FORTALEZA DE TODOS.
A menudo pensamos que los bienes nos curarán de todos los males y aprendemos a acumular. Tal pareciera que, a mayores masas, son mayores las satisfacciones.
Por otro lado, los medios de comunicación nos influyen con sus estereotipos de personas, fortunas y familias que, a falta de ello, pareciera que hemos fracasado.
Desafortunadamente, la suma de frustraciones ha condenado a muchos a vanas satisfacciones que solo derivan en adicciones u otras válvulas de escape que lejos de contribuir a mejorar, invariablemente llevan a las personas a un camino sinuoso y sin retorno.
Hablar de los males que nos aquejan está de más; tratar de conservar la ecuanimidad y ver la vida de manera positiva es algo que debería ocupar nuestra mente y de esa manera, sentirla con el corazón.
Sabemos que por más negra que sea la noche, siempre habrá un amanecer que nos irradiará de luz.
Y con la mañana, llega la oportunidad de tomar una bocanada de aire fresco y respirar profundo, exhalar y repetir estos movimientos hasta encontrar la tranquilidad que nos da estar con nosotros y hallar nuestra esencia, nuestra paz interior.
A partir de ella, podemos analizar y pensar que hacer y como podemos ajustar nuestra visión a los nuevos retos que se nos presentan.
Nunca un minuto será desperdiciado si lo invertimos reflexionando sobre nuestros pasos, ya sean pasados, presentes o futuros.
En la medida que encontremos nuestra armonía, tendremos la oportunidad de enfrentar de la manera más adecuada lo que se nos presente día con día.
¿Consideras que hay algo más importante que tu paz interior?
TU TIEMPO.
Como público siempre disfrutamos los desenlaces inesperados, los triunfos agónicos o el final emotivo; desde luego que nos sorprende y en muchas ocasiones, nos da motivos para salir con más bríos de esperar lo que sigue.
Es más, últimamente al terminar las películas, nos quedamos hasta el último crédito con la esperanza de que haya una escena posterior que nos de elementos para imaginar la siguiente.
Y esto que es emocionante para el entretenimiento, realmente no aplica en la vida. Nadie quiere una vida de sufrimiento para despedirse de ella con una sonrisa; ni mucho menos ser recompensado en el último segundo después de un camino lleno de tensiones. De más esta considerar siquiera una última escena final después de la muerte, toda vez que salvo que la biología nos tenga una sorpresa, esto es un hecho inédito.
En conclusión, la vida es hoy ahora y ante la incertidumbre de cuando termine, nuestro compromiso es existir de la manera más placentera que podamos; en el entendido que no venimos a sufrir, ni a conformarnos con lo que del cielo nos caiga o el presente nos obsequie.
En nosotros está construir de la mejor manera nuestro destino y día con día, nutrirlo de nuestros conocimientos, razones y sentimientos.
Ser tan individuales en nuestro desarrollo que no nos entendamos aislados, sin compartir con quienes amamos.
Vivir es un privilegio y hacerlo bien y a nuestra manera, sin duda una grata dicha.
Es decir, si nacemos siendo originales, no permitamos terminar nuestra vida siendo una copia.
¿ESTÁS DE ACUERDO CON TU MANERA DE VIVIR?
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Posdata: Gracias Maestra Gilda Solís por la invitación a cortar el listón de la muestra pictórica “La Magia de la Creación” llevada a cabo el pasado 4 de febrero en la Casa de la Cultura “Gaby Brimmer”.
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