Llama Temístocles Villanueva a defender el derecho a resistir y protestar, sin ningún tipo de criminalización

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Buenas tardes, compañeras y compañeros diputados.

Las calles, banquetas y plazas de las ciudades, pese a su vocación como espacio público y de encuentro social, no son espacios neutros a disposición y acceso de todas las personas.

El acceso al espacio público urbano no se da en condiciones de equidad, lo cual ha detonado disputas entre distintos actores, sectores e identidades.

El pasado jueves 23 de septiembre, este contraste se hizo evidente cuando presuntos comerciantes de la calle de Génova atacaron a personas vendedoras de “La Tianguis SexoDisidente” en la Glorieta de Insurgentes.

Con palos y tubos, los agresores atacaron y amedrentaron a quienes, desde hace meses, han ocupado uno de los espacios de la Glorieta como forma de protesta.

“La Tianguis” es un espacio de resistencia sexo-disidente creado en respuesta a las violencias ejercidas hacia la comunidad LGBTTTI+.

Se identifican como un espacio autogestivo, sin líderes, representantes ni organizadores.

Su historia, al igual que la de las personas LGBTTTI+ como colectivo y comunidad, ha estado marcada por la oposición y resistencia del uso de la fuerza pública y a la exclusión económica.

Unas horas después de la agresión, la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social informó que se estaba brindando atención interinstitucional a las víctimas por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Fiscalía de la Ciudad de México y otros órganos competentes del gobierno de la Ciudad.

No obstante, unos días después, la policía encapsuló a personas manifestantes, en su mayoría, personas de la diversidad sexual y de género, que protestaban por los hechos en la colonia Roma.

Es necesario reconocer que existen una serie de violencias estructurales ejercidas sobre las corporalidades e identidades sexo y genérico diversas, entre las que se encuentra la violencia económica.

Araíz de ello, suelen verse excluidas del modelo económico existente, sin la oportunidad de acceder a derechos básicos como el empleo, la vivienda y la igualdad de oportunidades.

No sólo eso. Cuando los grupos delincuenciales nos persiguen, la policía desestima nuestras denuncias o reprime nuestras protestas, todo en un contexto de discriminación y desigualdades no sólo económicas, sino también, abarcando todos los ámbitos de la vida pública.

En este sentido, considerando la inequidad tanto en el acceso a pisos mínimos de oportunidades, como al espacio público, es nuestro deber respetar las expresiones y organizaciones autogestivas que han servido para visibilizar las realidades de las personas y poblaciones históricamente violentadas y excluidas.

Ninguna agresión, motivada por el odio o los intereses de un sector o grupo económico en particular tiene justificación.

Menos aun cuando este tipo de grupos adoptan actitudes de mafia o grupo delincuencial.

Lo ocurrido en la Glorieta de Insurgentes hace unos días, es una muestra más de la normalización de la violencia en contra de las personas sexo y genérico diversas, así como un atentado en contra de los espacios seguros que ellas, ellos y elles han construido para protestar y abrirse camino en un sistema que se sostiene sobre la persistencia de las desigualdades.

Las calles y plazas públicas seguirán siendo un espacio de concurrencia e interacción entre múltiples personas e identidades. Pero también de contraste y resistencia.

En este sentido, hoy me manifiesto en contra de las agresiones y actos violentos sufridos por las, los y les integrantes de “La Tianguis” y llamo a que, como Congreso y como gobierno, garanticemos una respuesta oportuna y defendamos el derecho a resistir y protestar, sin ningún tipo de criminalización.

Finalmente, hago un llamado aún más profundo a que asumamos una responsabilidad permanente con el diseño e implementación de medidas, políticas y acciones legislativas enfocadas a la atención de las causas estructurales que siguen perpetuando las desigualdades que enfrentan la mayoría de las personas LGBTTTI+.

Sólo entonces podremos decir que somos la Ciudad de Derechos que aspiramos a ser.

Muchas gracias.

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